Dentro del Informe RENATEP 2022, se indica que el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (ReNaTEP) “forma parte de una política pública más amplia que lleva adelante la Secretaría de Economía Social (SES) perteneciente al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, cuyo objetivo es la promoción y el fortalecimiento laboral y productivo de quienes han creado su propio trabajo y lo realizan en el marco de las ramas de actividad de la economía popular, por fuera de relaciones asalariadas formales”.
En este punto surge y se pone de pié la Multisectorial, liderada por la organización social Argentina en Red, convocando y peleando la batalla justa por la necesidad de un Ingreso Universal, en vistas de que el trabajo no registrado se acrecienta, las carencias de nuestro pueblo son cada vez mayores, la canasta básica no es tan “básica” (lo más parecido a lujos suntuarios, desde la leche a la yerba mate, pasando por el excesivo precio del pan y pará de contar). mientras cada vez se hace más pequeño el universo de trabajadores dentro del sistema de empleo formal.
En el presente artículo se arrojarán datos fundamentales para entender la razón por la que es necesario y urgente un Ingreso Universal. Es el punto de nacimiento y la razón por la que la Multisectorial trabaja organizando la militancia, poniendo de relieve estos conceptos, que en su concreción, mejorarán ostensiblemente la vida de muchas y muchos argentinos .
Por Camila Ossorio Domecq para Argentina en Red
En los últimos 25 años
En nuestro país, como en muchos países post- gobiernos neoliberales, de derecha y ultraderecha, y con el surgimiento de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación, la robótica y la hipertecnologización de los aparatos productivos e industriales a gran escala, la economía popular ha ido ganando terreno, sobre todo los últimos 25 años, producto de procesos –a escala global, regional y local que han impactado y transformado de manera drástica y persistente la configuración social en general, y el mundo del trabajo en particular. Su crecimiento se dió de la mano de personas organizadas en los barrios populares, instaurando un nuevo modo de producción cuyo objetivo radica en generar ingresos para las familias, ya sea a través de la ayuda para satisfacer demandas de la comunidad o mediante la producción de bienes y servicios en mercados de baja institucionalización y alcance local.
Los datos
De acuerdo con el Informe RENATEP, desde julio 2020 al 12 de febrero 2022, las personas inscriptas en el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (ReNaTEP) ascienden a 3.225.268. Se observa que el 57,8% de esta población son mujeres y el 42,2% varones, manteniéndose la distribución por sexo identificada desde los inicios del registro.
En relación a la distribución etaria, se observa que el 64,3% de los/as trabajadores/as de la economía popular tiene entre 18 y 35 años. Esto habla de una población marcadamente joven, en la cual el promedio de edad es de 33 años.
Con respecto al nivel educativo alcanzado por los/as trabajadores/as del ReNaTEP, se observa que más de la mitad no completó los estudios obligatorios (61,1%) y en los casos que sí lo hicieron, el 28,7% completó el nivel secundario y sólo el 10,2% declaró estudios superiores.
En términos de distribución territorial, se mantiene una mayor cantidad de inscriptos/as al registro en la Provincia de Buenos Aires (35,9% del total nacional), seguida por Tucumán (6,2%), Salta (5,9%), Chaco (5,8%) y Santiago del Estero (5,7%). El 40,5% restante de las inscripciones presenta una alta dispersión a lo largo del país y ninguna provincia alcanza el 5%.
Son más los trabajadores de la Economía popular que los Asalariados privados en 10 provincias
Oficios tradicionales y otros aggiornados a las épocas que corren, distintas clases de trabajadores dentro de la Economía Popular, se inventan sus propios trabajos a fin de sobrevivir dentro de un sistema altamente exclusivo y excluyente; entre ellos los lustrabotas, los paseadores de perros, los cocineros de merenderos, depiladoras, vendedores ambulantes, pescadores, cartoneros. Estos trabajadores están por fuera del mercado formal, y constituyen un universo muy amplio; recién a mediados de 2020 comenzó a efectuarse un registro de estos trabajadores de la Economía Popular por el Gobierno a nivel nacional.
De acuerdo con el Portal Análisis, las provincias que tienen un mayor volumen de inscriptos en el Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular (RENATEP), que asalariados privados en el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) son Santiago del Estero, Chaco , Salta, Formosa, Jujuy, Misiones, Tucumán, Catamarca, Corrientes y La Rioja.
Ministerio de Desarrollo Social
“Los números le dan fuerza a una postura que defienden distintas organizaciones sociales: la economía popular no es una economía de subsistencia que contiene excepcionalmente a los argentinos y argentinas en momentos de crisis, sino un modo de producción distinto que debe ser reconocido en su particularidad y que se estima que incluye a alrededor de 8 millones de personas en el país”, afirma dicho portal. De hecho, hay provincias como San Juan, que solo tiene 4.773 más asalariados registrados que anotados en el RENATEP. Dado que el Frente de Todos aspira a terminar su gobierno con 4 millones de inscriptos, no sería extraño que la predominancia de la economía popular por sobre los empleos privados registrados -que están virtualmente estancados hace una década, en torno a los 7 millones- quedara pronto en evidencia en al menos la mitad del territorio del país.
A la fecha, aumentaron 7,4% las inscripciones (232.401 nuevas personas), sobre todo localizadas en la región de la Patagonia y Cuyo. Aun así, las zonas centro y norte son las que mayor cantidad de trabajadores de la economía popular registrados tienen. Mientras tanto, la provincia de Buenos Aires tiene el mayor registro: son casi 1,2 millones de personas que sobreviven gracias a la Economía popular, el 35,8% del total de la base. La sigue, sin embargo, la pequeña provincia de Tucumán (6,2%), Salta (5,8%), Chaco (5,7%) y Santiago del Estero (5,4%).
¿Qué es el Plan Empalme?
El Plan Empalme, una de las posibilidades para sumar a la economía informal al trabajo registrado, no llega a todas las personas. Es una modalidad adaptada para los trabajadores de la Economía popular. El decreto, oficializado y desempolvado por Juan Zabaleta, promulga el programa de inserción laboral, por el cual beneficiarios de planes sociales podrían seguir recibiendo ayuda estatal aunque consigan un empleo formal.
En cuanto a la mayoría de los inscriptos en el registro, trabajan en servicios personales y otros oficios (35%). Es decir: “cocineros, bicicletas, jardineros, mecánicos, paseadores de perros, peluqueros, reparadores de electrodomésticos, etcétera. La segunda rama de actividad más voluminosa son los servicios socio comunitarios (27,7%) y le sigue el comercio popular y los trabajos en espacios públicos (11,8%), la construcción y mejoramiento ambiental (8,4%), la agricultura familiar y campesina (8,2%), el reciclado (4,1%), la industria manufacturera (3,6%) y el transporte y almacenamiento (1,2%)”.
Si se miran las ocupaciones y no las ramas de actividad, más de la mitad de las inscripciones se explican por trabajadores de comedores y merenderos, servicio de limpieza, agricultores, vendedores ambulantes y albañiles.
Finalmente, apenas el 10,6% está inscripto en alguna categoría tributaria, ya sea el monotributo social o el régimen simplificado. También es minoritario el porcentaje que recibe, como complemento de sus ingresos, el programa Potenciar Trabajo: el 28,3%. Esto cuando incluso se puede asumir que quienes se inscribieron en el registro, tienen mayor contacto con el Estado y conocimiento de sus herramientas.
PORTAL ANÁLISIS: Trabajadores de la economía popular superan a los asalariados privados en 10 provincias | Análisis (analisisdigital.com.ar)
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