Carlos Raimundi. Representante argentino en la Organización de los Estados Americanos. Video del discurso al final del artículo
Los pueblos votan y son cada vez más pobres, los pueblos votan y son cada vez más desiguales, los pueblos votan y tienen cada vez más necesidad de emigrar de sus países”. Los pueblos no votan eso.
“Comer decentemente cuatro veces al día, la soberanía sobre nuestros recursos, eso es Democracia”
Por Carlos Raimundi en la Organización de los Estados Americanos
Sesión para evaluar la Carta democrática Interamericana
En la Argentina estamos cumpliendo 40 años de vigencia ininterrumpida de vida democrática, de las instituciones democráticas y son más que conocidas nuestras posiciones y nuestro liderazgo en el sistema universal de los Derechos Humanos.
Aquí se tocó el aspecto de la libertad de expresión en la democracia.
Hace pocas semanas, nosotros exhibimos aquí un resumen de las 96 carillas que nuestra vicepresidenta entregó al movimiento, al grupo de expertas contra la violencia de género donde ustedes pudieron ver imágenes horrorosas que solamente se podían ver en un país que garantiza absolutamente la libertad de expresión.
Nosotros despenalizamos las calumnias e injurias ejercidas por el periodismo (para no hablar de la fake news y de los mensajes de odio) lo quiere decir que, nuestro compromiso con la libertad de expresión es absoluto. Y ni qué hablar con el voto. Murieron miles de personas, miles de personas fueron asesinadas en mi país por luchar por el voto, así que todo eso queda absolutamente fuera de discusión. Y para eliminar cualquier tipo de mala interpretación en lo que podamos decir, se ha comentado con toda razón y con toda solidez argumental, se han elogiado las misiones de observación electoral, lo que quiere decir que nuestro pueblos vota y hay un ejercicio de la democracia representativa que mayoritariamente es aceptable. Y si al mismo tiempo uno analiza el crecimiento de la desigualdad, de las corrientes migratorias, de la pobreza, dice: “pero cómo si funciona tan bien el sistema electoral, y crecen estos indicadores, que son disvalores sociales, quiere decir que los pueblos (como funciona bien el sistema electoral) los pueblos votan y son cada vez más pobres, los pueblos votan y son cada vez más desiguales, los pueblos votan tener cada vez más necesidad de emigrar de sus países”, no. No es así. Los pueblos no votan eso.
Entonces uno se pregunta: Pero… ¿a quiénes representan verdaderamente estos sistemas? Porque cuando se analiza la estabilidad del sistema electoral, el crecimiento de las utilidades y de las tasas de ganancia de los grandes empresas monopólicas, y el decrecimiento del poder adquisitivo de los asalariados de nuestros pueblos, uno dice: “Este sistema, ¿favorece a quiénes y los intereses de quién perjudica?” Entonces, me parece, y sin renegar del voto ni de la democracia representativa, lo digo una y otra vez para evitar los titulares de mañana en algunos diarios de mi país; digo, ¿no se nos ocurre que también tendríamos que preguntarnos que hay problemas estructurales y relaciones de poder económica estructurales en nuestra región?
Escuchaba con el cariño y la amistad que tenemos, presidente. Lo escuchaba a usted desde la banca de Uruguay hacer una serie de numeraciones de la Democracia que yo comparto. ¿Cómo no voy a compartir el derecho de libertad, de Asamblea, de libertad de reunión? ¿Cómo no voy a compartir eso, ahora ¿y comer decentemente cuatro veces al día? ¿No tiene que formar parte del listado de la democracia? Y si uno tiene litio, tiene minería, tiene pesca, tiene riqueza agropecuaria, tiene petróleo: ¿Que los pueblos se adueñen del resultado de esas riquezas, ¿no debería formar parte también del listado de cuestiones que definen la democracia? Entonces, en nuestro continente, yo me pregunto, si cualquiera de ustedes tuviera un negocio, o un conocido que tenga un negocio en donde los precios de eso que vende, en ese negocio aumentan: ¿Cómo estaría esa persona? ¿feliz?
Eso no figura en la lucha que tenemos que hacer para que se cumpla profundamente la democracia y que eso verdaderamente garantice el resto de las libertades.
Entonces, señor presidente, no se nos ocurrió nunca pensar que es ahí donde reside las causas más profundas de nuestras crisis democráticas; no se nos ocurre pensar que la mejor manera de garantizar la paz no es aumentar los presupuestos de defensa, sino garantizar el desarrollo independiente y soberano de nuestros países.
Esa relación entre lo que es de los pueblos, y lo que los pueblos están habilitados a conseguir, es la base para garantizar la estabilidad y la calidad democrática en nuestra región, y de la cual dependen todas las demás garantías que nosotros reconocemos y apoyamos de la Carta democrática.
Muchas gracias.
Video del Discurso. Carlos Raimundi. Representante argentino en la Organización de los Estados Americanos.