Por Héctor Urruspuru para Argentina en Red
Audio en voz del autor al final del poema
Divine está casi desnuda
de entre su entreteta
asoma el espíritu
de un póster de Warhol
usa enormes corpiños blancos
y come para Waters que la filma
sin cortes sin trucos
caca fresca de un caniche amariconado.
Divine lee a un Ginsberg
de sexo tan indescifrable
como el de ella/ello
ella
que succiona el pene bizarro
de su hijo de 23 años
en una casa rodante
y sólo porque el joven está triste
y sólo porque el joven lloraba.
Divine
es un exabrupto obeso
una puteada viviente
un grito agudo
que vive desde niño/niña
en los límites
y las criaturas abandonadas
del American Way of Life
se embriagan
se drogan
se cogen
se raptan en sótanos mugrosos
posan
con ella/ello
para siempre
por sobre todas las cosas posan
para el ojo histérico de la cámara.
Divine
pasa por los 60
y deja que su inmensa figura
descontrolada
transponga las pantallas de los cines
y de pintados exagerados ojos negros
se sienta en las butacas
sobre las faldas de los teenagers
y les masturba el alma equivocada.
Divine
La gorda Divine
plena en rollos de grasa
rompe a hachazos
convertibles rosas
y
como el espíritu de un cadillac
va de pueblo en pueblo
de bar en bar
de hotel en hotel
por las supercarreteras
y vive gratis para siempre.
Divine está
en este fotograma
casi desnuda
hecha toda una chancha.
Y cuando muera
(si la dejan)
va a ir al cielo
para ver
si algún ángel rubio se la garcha.
En los registros del arte y la cultura en los EE.UU., el nombre de Divine evoca al del actor, referente LGBTIQ+ y cantante Harris Glenn Milstead, nacido en Baltimore el 19 de octubre de 1945, y fallecido en Los Ángeles el 7 de marzo de 1988. Divine, (en su nombre artístico), se destacó especialmente por su impactante caracterización transgresora como drag queen en la icónica película de 1972, “Pink Flamingos” y en los films “Female Trouble” y “Polyester”. A esto se suma su participación en muchas otras películas.
Divine halló su consagración en las obras del afamado director John Waters. Su participación en numerosos films consolidaron su status como una figura legendaria en el paisaje cultural estadounidense. Su debut ocurrió y afianzó en los últimos estertores de la época dorada de Hollywood, marcando así el inicio de una era de innovación y transgresión en la industria del entretenimiento.
Divine desafió las normas de género y sexualidad. Su actuación desinhibida y su estética extravagante la catapultaron a la fama, convirtiéndola en un ícono de la contracultura, el underground y el movimiento queer de la época.
En la memoria colectiva, Divine vive eternamente como un símbolo de la diversidad, la autenticidad y la transgresión frente a las normas de la época, y su hipocresía.
Será Poesía