​La Rota Vuelve

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Por Camila Ossorio Domecq para Argentina en Red

La resistencia del alma contra el conformismo: cuando están en juego la rabia de ser y de no ser

Y… el Rock Nacional Argentino aprestándose

La Rota – Regresa

La Rota es mucho más que una banda de rock. Es la banda que abre grietas desde el asfalto de los barrios porteños y habilita, como si se trataran de ventiluces verbales, la dislexia política necesaria: una onda sinestésica para continuar creando vida desde la vida y sus menesteres rutinarios. Desde la Ciudad de Buenos Aires, y como lema hacia la recreación vital, ¿es la vida inspiración para el arte? Pero ¿inspira el arte a la vida misma?

Con el añadido de la mezcla del hollín, del sol, de la niebla, del frío y la nostalgia, con el sonido auténtico de las guitarras, la batería, el bajo y las voces del coro, mientras la poesía se desnuda (¿para quién?) y yace sobre las fisuras del crimen (la vida misma) la voz y la palabra gorjeantes llegan desde lejos, pero directo al corazón.

Formada en 1995, en los barrios de Flores y Villa Crespo, La Rota nació no para ser “una variante más”, sino para abrir su propia existencia en el tiempo, para pararse de costado -después- y, por su propio peso, no erguirse en frustrantes lugares comunes de la industria musical.

Dos grandes fuerzas se cruzan en sus sesiones de creación musicales: la frustración (como eje a combatir) y la esperanza (porque es amor la condición de la existencia de cada uno de ellxs). “Solo siempre solo” y “Lavalle y Pueyrredón” son apenas dos ejemplos de cómo la banda habla de esas aristas en donde la rabia y la redención se tocan, como si el alma de la ciudad estuviera hecha de las mismas astillas de luna que atraviesan la noche. La Rota te muestra lo que está en las sombras, pero también lo que hay en los bordes del brillo, en esos momentos completamente rotos (pero fugaces). La eternidad consiste entonces en ser un hombre de Dios, para todas las acepciones.

Primer portada del CD compacto

Primeros dos temas musicales de La Rota en Argentina en Red

1a Canción: “Solo siempre solo”, Letra: Luis Ercolano. Música: Goldstein Juairi Codina

"Por elección o por condena/ la desgracia turra /envasada en origen a la luz del arrabal/ donde puso el diablo el vicio/ y cuando quiera ir a buscar/ el loco corazón de una mirada simple/ es seguro que caeré /tropezando con la mala leche.

Delirando mirando la luna/ que me ignora por guacho y torpe/ y los crápulas de la ciudad/ esos garcas fríos delincuentes/ que se roban mi última esperanza/ mal pagando mi crudo laburo y termino por las noches soñando/ de más y muerto de fiebre puteándome con la soledad/ con el estribillo inconsciente.  

“Solo siempre solo”, (por La Rota)

2a Canción: “Lavalle y Pueyrredón”. Letra: Luis Ercolano. Música: Goldstein Juairi Codina

Ella y de yapa un beso de invierno/ Lavalle y Pueyrredón, micropunto de encuentro/

/silicona y rock and roll heroína/ de la cosa mala, de la peor/  La Nochebuena dura más y es por vos es por vos/ 

Busco tu alma nena y nunca sale del sol/   Ay tus besos nena / Astillas de luna llena.

“Lavalle y Pueyrredón” (La Rota).

En “Solo siempre solo” la ciudad se convierte en un personaje desalmado, que maltrata, ignora y consume. Las palabras de Luis Ercolano resuenan como un eco de condena: “Es seguro que caeré, tropezando con la mala leche”. Es la mirada de un perdedor que aún sigue buscando, aunque no sepa bien qué. Y en “Lavalle y Pueyrredón”, un beso de invierno se mezcla con la heroína y la silicona, esa necesidad de amor que nunca es suficiente, de encuentros que siempre terminan en promesas rotas: “Ay, tus besos, nena, astillas de luna llena”. Una ciudad de encuentros y desencuentros, donde lo único que persiste es el deseo, ese hilo fino y trágico que nunca acaba de tejerse.

Lo que diferencia a La Rota de otras bandas de su época de nacimiento, no es sólo la fuerza de sus canciones, sino esa pulsión genuina de no ser parte de la masa. No hay íconos ni intentos de encajar en el molde del “rock comercial”. “Si a la banda le falta uno, no hay La Rota”, repiten sus miembros. Y es que La Rota no es sólo una banda: es un conjunto humano, una unidad indivisible. Es un abrazo musical donde la música se hace carne, donde la vida real se filtra en cada acorde, en cada letra.

A lo largo de más de 25 años de historia, la banda se ha mantenido fiel a esa esencia, desafiando las convenciones y alejándose de la tentación de ser una banda de tributo o un fenómeno prefabricado. En su lugar, crearon su propio camino, haciendo discos como La Elegancia de lo Salvaje (1999), donde lo que estaba en juego no era “salvar el rock”, sino ofrecer una visión honesta, cruda y auténtica de lo que significa ser unx mismx en una ciudad que nunca perdona. Y ahora, tras años de silencio, La Rota regresa, más viva que nunca, con nuevas canciones y con reediciones de sus clásicos.

Es una voz que siempre ha estado allí, en los rincones más oscuros, gritando lo que la ciudad calla. Si alguna vez te cruzas con ellos, sabrás que no estás solo. Porque lo que La Rota tiene para decirte no es solo una canción: es un susurro, una furia, una necesidad: es la esencia misma de Buenos Aires, tan confusa como apasionada, tan brillante como su propia oscuridad.

Y si el futuro es para quienes tienen el coraje de vivir sus historias, La Rota está más viva que nunca.

Sus Integrantes son:

Luis Erker Ercolano: batería 

Germán Goldstein: voz y guitarras

Fernando Codina: teclado y coros 

Hernán Juairi: bajo y coro

Será Poesía

Será la Música de culto

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Argentina en Red

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