Por José “Pepe” Gallardo para Argentina en Red
Audio en voz de Camila Ossorio Domecq, hacia el final
En la tierra que abraza pampas y mar,
un pueblo herido vuelve a gritar.
Las manos cansadas de tanto esperar,
sueñan con pan, justicia y un hogar.
De norte a sur, la grieta creció,
como un río amargo que todo arrasó.
Voces enfrentadas, miradas de hiel,
se olvida el abrazo, se enfría la piel.
Los campos lloran semillas perdidas,
las fábricas callan, sus puertas vencidas.
En las villas florecen sueños de cartón,
mientras la esperanza se anida en el rincón.
Políticos tejen promesas al viento,
como hojas secas sin fundamento.
El pueblo camina entre sombras y luz,
con pasos que buscan romper su cruz.
Pero en las esquinas, la vida resiste,
en la plaza un canto insiste y persiste.
De mate y guitarra, la unión renace,
y en la ronda, el pueblo su dolor deshace.
Argentina llora, pero también canta,
de su llaga abierta una flor levanta.
Porque en la herida habita la fuerza,
y en el pueblo unido, la grieta se tuerce.
Que vengan los días de paz y de pan,
que el sol despierte en el Tucumán.
Porque en esta tierra de lucha y pasión,
late invencible un solo corazón.
¿Qué te parece este poema? Caminaba bajo el sol en las Tierras de Almagro1, cerca de la provincia del Abasto2, pensaba en la Confederación y la soberanía; pensaba en nuestra re-unión como nación, como República, como País. Creí que reflexionar acerca de nuestra historia nacional podría esclarecer subjetividades, aquéllas que articulan sobradamente desde el poder, desde el resentimiento, desde la falta de perdón; aquéllas que perciben, abrazan, actúan desde el amor que se exacerba en la felicidad del prójimo, de cada uno de nuestros pueblos: el deseo de mi alma, el del pueblo argentino.
Sí, en la República de Mercenia (cuyo gentilicio es “mercenarios”), nos gobiernan “empresaurios” y “a-políticos”, gente que se autopercibe desde el delirio “restituido” como Mesías de la pobreza y el hambre, y un coro de pusilánimes que vende su pedazo de tierra y entrega a sus pueblos, con poncho y raigambre gaucha, y el dinero verde (ése que le otorgará la seguridad de vivir tres o cuatro generaciones sin trabajar).
Desde las cañerías del desagüe de la mierda, sí: la Patria ¿demandará? sí: ¿Dios demandará? – Primero. Desde la República de Mercenia, este poema de amor a la Argentina. Y un mensaje esclarecedor:
“No volverás a escuchar el nombre de Dios, tú, que lo ensucias destruyendo en su nombre. Por tu impiedad mesiánica y tu creación: la República de Mercenia, serás enaltecido a través de la Patria alopática“.
La pregunta obligada: Argentina: ¿Cómo pudiste?
El movimiento de la Felicidad Nacional Bruta está empezando a ser. Y nos unimos.
Enlace al audio del poema
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