PLATA DULCE VERSIÓN MILEI

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En la película Plata Dulce, de 1982, se destacan actuaciones fabulosas de estupendos actores como Federico Luppi, Julio de Grazia y Gianni Lunadei. En ella se retrata el mecanismo de destrucción, durante la dictadura genocida que comenzara el 24 de marzo de 1976, de la Argentina industrial que teníamos hasta aquel momento. La apertura de las importaciones que desprotegen la protección nacional generadora de empleo y el auge del enriquecimiento financiero que sólo favorece a los sectores de poder dominante muestran rasgos rectores de un modelo de acumulación que desmiembra el tejido productivo. 

Por Julián Denaro para Argentina en Red

El mundo libre que promociona el modelo de la dictadura significa libertad para los dueños del poder y, en consecuencia, el sometimiento del pueblo argentino a los mecanismos de desguace del entramado de organización social existente. En algunas escenas se expone el modo en el cual los importadores se enriquecen con los productos elaborados en Taiwán pero que, irremediablemente, provocan el cierre de la producción nacional. Al mismo tiempo, “la plata genera plata” significa enormes masas de dinero que se colocan en herramientas de capitalización financiera y se retiran de la inversión productiva. Es más fácil el negocio financiero, mientras dura…

Imagen de la Película argentina “Plata Dulce”, 1982.

En simultáneo, la tablita de Martínez de Hoz, que garantizaba las ganancias de la bicicleta financiera, también generaba una relación de precios entre Argentina y el exterior que hacía baratas las importaciones, al tiempo que nuestra industria perdía competitividad, tanto en el rubro bienes como en servicios. Así, viajar al exterior era más barato que viajar por nuestro país, de modo que la clase media viajaba al exterior y compraba cuanto quería, motivo por el cual se adjudicó el título de la película.

Por cierto, todo esto no podía durar para siempre, ya que mientras los consorcios importadores se enriquecían y el sistema financiero estaba ganando fortunas, se generaron niveles de desempleo y pobreza que eran inexistentes hasta el 24 de marzo de 1976, momento en que la pobreza era del 5%, el desempleo del 3% y la deuda externa de 5.000 millones de dólares. 

Resulta imprescindible identificar que los que planificaron aquel infierno son los mismos que comandaron la convertibilidad durante los gobiernos de Menem y De La Rúa, y que más tarde volvieron a dirigir la destrucción de la Argentina durante los gobiernos de Macri y Milei. Domingo Felipe Cavallo implementó la estatización de deuda privada durante la dictadura, para que deuda contraída de manera ilegal y fraudulenta por parte del sector privado y orquestada por la dictadura fuese pagada por el pueblo argentino. Cavallo fue el que implantó la convertibilidad y que llevó a cabo el corralito y el corralón al final del gobierno de De La Rúa, en la explosión del 2001, que terminó aún peor en términos económicos que la dictadura con la guerra de Malvinas. De aquel gobierno formaban parte Sturzenegger y Bullrich, los mismos que están ahora al lado de Milei. Sturzenegger fue procesado por la megaestafa del Blindaje y el Megacanje del 2001 pero fue desprocesado por el presidente Macri, que también se desprocesó a sí mismo, ya que asumió la presidencia procesado. Caputo cometió con Macri la mayor estafa financiera de la historia del Fondo Monetario Internacional, y es el ministro de economía de Milei. Queda a la vista que son los mismos ejecutores, que responden a los mismos intereses. 

El gobierno de Milei le quitó los impuestos a los ricos, a las actividades que más tributan y a las bases imponibles más altas, por cuanto eso devino en una terrible carga impositiva sobre el conjunto de la sociedad, ya que lo que no pagan los amigos del presidente, lo pagamos todos los demás. En simultáneo produjo el mayor parate de la obra pública que tenga registrada la historia, aumentando el desempleo en cientos de miles de familias que se quedaron sin ingresos y deteniendo el desarrollo del país en sectores clave como aeronáutica, industria satelital, industria naval, generación de energía nuclear, ciencia y tecnología, infraestructura, vivienda, urbanismo, alcantarillado, sistema cloacal, educación, salud, comercio, etcétera. Su emblema es exactamente el mismo que la dictadura.

Milei proclama que “más chico es el Estado, más grande es la libertad”, del mismo modo que la dictadura decía que “achicar el Estado es agrandar la Nación”.

La apertura de importaciones está ocasionando las mismas consecuencias destructivas sobre nuestra industria generadora de empleo que con la Plata Dulce de la dictadura, la convertibilidad y el Macrismo.   

El llamado “crawling peg” de Milei es un retrato de la tablita de Martínez de Hoz para la bicicleta financiera. Funciona así: la tablita de devaluación mensual es una suba del precio del dólar al 2% mientras que las operaciones de capitalización financiera ganan con una tasa del 4% en pesos. Entonces, el sistema financiero ingresó dólares, los cambió por pesos y los colocó al 4% mensual, mientras el dólar sólo aumenta un 2%, por cuanto ganan un 2% cada mes en dólares. Lógicamente, está asegurado por ellos mismos que el dólar no sale de la tablita para no amenazar sus propias ganancias. 

La Realidad: No hay plata

Alguno puede decir que este gobierno al menos no es genocida como la dictadura, pero habría que repasar algunos puntos que indican lo contrario. Dejó de entregar medicamentos oncológicos a los enfermos de cáncer, no distribuyó las toneladas de alimentos a los comedores que ya estaban comprados por el gobierno anterior, destruyó cientos de miles de puestos de trabajo, aumentó el hambre a niveles récord de nuestra historia, muy superiores a los de la dictadura, incrementó la pobreza en más de 5 millones de personas en tan sólo un año, mucho más y, encima, le quitó los medicamentos a los jubilados y se nos ríen en la cara.

Federico Sturzenegger, de manera exultante, cuenta que está democratizando las importaciones al ampliar el límite de 1.000 dólares a 3.000 dólares porque ese monto sólo pueden adquirirlo los que se van a Miami. “Viste que cuando te vas a Miami podés traerte de todo en la valija y está todo bien, pero no podés comprar tanto desde tu casa, ahora vas a poder sin tener que irte a Miami” fueron las palabras de Sturzenegger. Sería Plata Dulce pero sólo para los ultra ricos, peor todavía, ya que la Plata Dulce de la dictadura al menos favorecía a todos.

La pesada herencia del macrismo reflotada por el (des)gobierno libertario anti-estado del primer ciudadano de la Nación, el presidente Javier Milei

Recuérdese lo que pasaba tan sólo hace un año: desde los países limítrofes, Chile, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay se cruzaban a la Argentina para comprar cosas y hasta para cargar nafta, porque Argentina era barata. Esto servía para aumentar nuestra producción y generar superávit de exportaciones netas de bienes y servicios, que incluye el turismo. Este gobierno generó una inflación en dólares que rememora la Plata Dulce de la dictadura, pero que ahora es al revés. Argentinos se cruzan a Chile, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay a comprar cosas y cargar nafta porque Argentina es cara en dólares. Así, la situación financiera del país conduce a una irremediable encrucijada: se mantiene con deuda mientras dura y luego explota como las veces anteriores: De La Rúa se fue en helicóptero y a Macri lo salvó el mayor préstamo de la historia del FMI. 

A modo de ejemplo, véase cuán cruel es este gobierno: Se le quitaron los medicamentos a los jubilados para regalarle las ganancias a los importadores.

Haciendo un redondeo sencillo, los jubilados tienen 100.000 pesos por mes en medicamentos, siendo 5 millones los afiliados al PAMI, la obra social de los jubilados. Esto suma 500.000 millones de pesos por mes, que para un dólar de 1.000 pesos equivale a 500 millones de dólares por mes, lo cual multiplicado por 12 meses da 6.000 millones de dólares anuales. Vale decir casi 1% de nuestro PBI de 620.000 millones de dólares

El Impuesto País, que son los aranceles a las importaciones, constituían aproximadamente el 5% de la recaudación total, que es un poco más del 30% del PBI. En definitiva, dicho tributo conformaba cerca del 1,5% del PBI, aproximadamente 9.000 millones de dólares

Comparando, le quitan los medicamentos a los jubilados, cuyo costo es 6.000 millones de dólares (1% del PBI) para regalarle a los importadores 9.000 millones de dólares, que equivale al 1,5% del PBI

¿Podría llamarse de otra forma que genocida a un gobierno que asesina gente para regalarle ganancias multimillonarias a los más ricos del mundo? (*)

(*) Julián Denaro, Economista (UBA), Psicólogo (UBA), Doctorando en Ciencias Económicas (UNLAM), Profesor en Universidades Nacionales (UBA y UNLAM) y en Universidad de Morón (UM). Investigador Sigeva – Conicet. Autor de ocho libros, siendo los cuatro últimos “Del país dividido a la revolución cultural” (2017), “Argentina entre las disputas de poder 2012-2019” (2019), “Las Aventuras de Aztequita por Argentina” (2023) y “De la Pandemia a la Reconstrucción: Argentina 2020-2024, Liberación Vs Liberalismo”. Columnista Económico en Televisión y Radio.

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