En el marco del Foro de Davos (ocurrido entre el 20 y el 24 de enero de este año) el presidente Milei atacó los derechos adquiridos a favor de los colectivos LGTBIQ+, de la identidad de género, de la ESI (Educación Sexual Integral), entre otros, acusándolos de pedófilos. Ayer, 1º de febrero, la Megamarcha del Orgullo Antifascista y Antirracista reunió a jubiladxs, a adolescentes, a diversas organizaciones sociales, a estudiantes, a madres y al colectivo LGTBIQ+, haciendo frente a este Gobierno deplorable y deleznable por donde se lo mire.
Por Constanza Lupo para Argentina en Red
El compromiso colectivo en la lucha por nuestros derechos
Exigir un Estado presente es exigir las garantías constitucionales por nuestros derechos y combatir los discursos de odio, fascistas y racistas que a todas luces invalidan su capacidad para gobernar nuestro país. Hoy están teniendo lugar distintas plataformas que como los feminismos, la lucha contra el tarifazo o la del colectivo LGTBIQ+ generan sinergia, identidad e identificación al organizar a las militancias afines al pensamiento nacional, federal, popular, inclusivo y en defensa de nuestra Patria. Éste el caso de la Multisectorial Federal de la República Argentina, que articulando y conduciendo, contiene y da lugar a través de esta dinámica participativa a todos y todas, con la coordinación de importantes cuadros y referencias en todo su Gabinete. También educa y forma a sectores de la militancia y compulsa a la participación entusiasta y con férreo compromiso con una Patria Justa, Libre y Soberana.
Una Entrevista desde la Ciencia, la conciencia y la responsabilidad en Asuntos Humanos
En la mañana del día 2 de febrero, el Canal C5N efectuó una entrevista al Dr. en Psicología (UBA) Luciano Lutereau, entrevista que reeditamos y transcribimos por su enorme importancia para todos nuestros lectores.
Conductor: Prepárense las preguntas porque en línea está el señor, nada menos que una personalidad del mundo de la psicología. Ha escrito varios libros, por ejemplo, Adiós al matrimonio, El fin de la masculinidad . Para vos te viene bien. Esos Raros adolescentes nuevos, Más crianza menos Terapia: “Ser Padres en el s. XXI” y un montón de libros que son un verdadero éxito, y además es un tipo sumamente exitoso con cientos de miles de seguidores en las redes sociales y es una persona para escucharla con muchísima atención. ¿Me están escuchando? ¿Por dónde empezamos en este mundo?
Luciano Lutereau: Ayer tuvimos una manifestación muy interesante, muy linda. Desde mi punto de vista (y que tiene que ver con la cuestión de lo que significan las minorías) me gustaría meterme allí, en el mundo íntimo de la manifestación de las personas. ¿Cómo estamos viviendo hoy en el mundo los cambios de identidades, los cambios de género? ¿Cómo se vive eso intramuros, dentro de la familia? Bueno, creo que en principio hay un mito para despejar. Muchas veces se piensa que lo que se llama ideología de género tiene que ver con que cada quien decide qué identidad tener y lo decide de forma simple, un cambio exterior del cuerpo, cuando en realidad, esto como bien decís toca lo más profundo de la existencia. Para nadie es grato transitar un cambio de identidad de género, que transicionar (a mí me recuerda esto un poco a lo que ocurrió en su momento cuando tuvo lugar el debate del aborto ¿no? y había una posición en contra que anticipaba que entonces era como abrir las puertas para que la gente saliera a abortar libremente, como si fuera una cuestión placentera). La interrupción de un embarazo lo hace (alguien) por lo general, en una circunstancia de mucho dolor. Algo parecido ocurre también con las transiciones; no quiero decir que no está atravesando una crisis (vivir una profunda incomodidad respecto de que tiene que desarrollar y caminar todo un recorrido); se ve en el espejo hasta la relación con los semejantes. Entonces, en ese punto, creo que en torno de este tipo de situaciones tiene haber de antemano un marco de comprensión y de respeto a quien está viviendo un proceso en el que tal vez su identidad coincide con el sexo con el que nació. Entonces hay que partir de tener comprensión con quién se encontró con un problema con el que quizás Uno no se encontró, y que está haciendo un camino distinto, que necesita acompañamiento y sobre todo tolerancia. Las nuevas generaciones toman esto de una manera un tanto más natural que aquellos que tenemos algunos años de más. Vos lo advertís de esta forma, también puede ser que tal vez en jóvenes haya una mayor fluidez en relación a los ’80, por ejemplo. Los varones empezaban a usar aritos, se dejaban el pelo largo y se lo teñían, adoptaban prácticas que eran típicas de las mujeres, y también de esos años pertenece que las mujeres empezaron a adoptar ropa masculina y se empezaron a producir una una mixtura, pero eso no tiene que ver con asistencia íntima, sino que tiene que ver con la discusión de los estereotipos y las representaciones, en el sentido de que si lo trasladamos a la escena de crianza actual, si un niño hoy quiere jugar con una muñeca, no le vamos a decir que no (y que juegue con la muñeca, que no pasa nada). Porque en realidad, entre la identidad y la elección: ¿Cuál es la diferencia que ver con el tipo de persona con la que yo, una persona, puede ser transgénero (supongamos), que haya transicionado hacia la feminidad y le gusten las mujeres o los varones? Yo creo que la cuestión central consiste en el problematizar no las cuestiones que tienen que ver con los estereotipos y que pertenece a cada uno de los géneros, etcétera. Pero otra cosa tiene que ver con el conflicto existencial que en este punto, este conflicto de identidad, conflicto en relación a quién soy yo requiere acompañamiento, requiere además (lo que es también sumamente complejo) algunas decisiones que son irreversibles. Yo, en ese sentido, creo que independientemente de cualquier postura ideológica que uno tenga la cuestión importa más desde el punto de vista profesional y humano. Se dan cuenta de que no es lo que quieren muchos jóvenes; tal vez empiezan frente alguna crisis existencial. Se cree que esa crisis existencial es una crisis sexual adolescente que en determinado momento se empieza a considerar varón, y durante un año, dos años, se faja los pechos, se corta el pelo como un varón, se viste como un varón, pero en realidad eso no tiene que ver con que específicamente vaya a hacer las consultas para transicionar y recibir un tratamiento hormonal para convertirse en varón, lo cual implica una ablación de los senos y eventualmente la anulación de la sensibilidad en esa zona de su cuerpo. Puede empezar a avanzar con ese proceso, se detiene acompañada con un tratamiento psicológico en el que ella logra descubrir muchas inhibiciones y muchas vergüenzas en relación a su desarrollo psicosocial femenino. Por motivos que tienen que ver con causas de su historia personal (y les diría hoy es una adolescente, o sea, es increíble que hasta hace 2 años ella era un varón y ahora es una adolescente, en pareja con un chico, con un desarrollo plenamente femenino.
Conductor: Por eso también lo central es tener la verdad que nos lo estás explicando de una manera tan lógica, tan lógica: un proceso que a veces nosotros socialmente hasta lo banalizamos. Pero esto explicado de una manera científica (y está incluso contando lo que le pasa por la cabeza a aquéllos que tienen que tomar este tipo de decisiones tan delicadas y que necesita tanto acompañamiento). ¿Qué pasa cuando desde lugares tan importantes como son las altas esferas del poder, en foros internacionales, utilizando redes sociales y medios de comunicación se banaliza, se estigmatiza, se trata de pedófilos: ¿Cómo se puede ser tan brutal para aquellos cuestionamientos?
Luciano Lutereau: La banalización de estos temas sin duda produce reacciones contrarias, produce enfrentamientos innecesarios. Es un tema sumamente específico en términos de intención de verdaderamente discutir el tema; lo que hay es una apropiación ideológica del tema (en términos negativos y con una intención de circunscribir o de responder también a intereses, porque tampoco son ingenuos).
Esas afirmaciones tienen un cierto eco en una parte de la sociedad, que puede llegar a creer eso. No creo que lo que estamos viviendo en este último tiempo es una redefinición más, una batalla cultural que está redefiniendo qué significa el progresismo, qué significa una posición conservadora, qué significan las posiciones conservadoras que adoptaron una decisión pragmática más cercana al progresismo. Por ejemplo, leí en el día de ayer un Comunicado del arzobispado de Buenos Aires. La iglesia se puso del lado diría del movimiento. Muy interesante, en la iglesia nunca más hubo vandalismo. La iglesia también habla de lo que es una idea de convivencia, de términos distintos que a mí me encanta. A mí me encanta cómo la sociedad vive esto de la identidad y género. Hoy la cuestión de identidad y las cuestiones de género creo que, desde un punto de vista amplio, hay una crisis de la identidad independientemente del género. La pregunta por la identidad es una pregunta relativa. ¿Quién soy? Muchas veces es difícil encontrar una respuesta interna sólida. Entonces se buscan identificaciones, se reemplaza la identidad por la identificación; son discursos de época, discursos que de alguna forma están predicando muy rápidamente: “Identifícate con nosotros y te damos la identidad que vos no encontrás en vos mismo”. Llevan a que las personas se expidan a favor o en contra de algo. Esos discursos de la identificación no permiten que alguien realice una pregunta por la identidad que es conocerse a sí mismo, genera sujetos alienados respecto de la cuestión del género. Me parece que este enorme campo de la sexualidad de nuestra sociedades (no nos olvidemos que muchísimos adolescentes están abandonando la vida sexual, de que la vida sexual, la sexualidad de comunicación, la sexualidad: hay una mayor crisis de la identidad sexual. Van, en su mayoría, por ansiedad y la descarga.
Explícito vídeo testimonial del 1º de febrero, en la Marcha Antifascista y Antirracista contra los discursos de odio y el vaciamiento de todas las Instituciones Estatales, de los derechos adquiridos por toda la ciudadanía en su conjunto y de todo recurso que favorezca al crecimiento de nuestra Patria.
Los movimientos que tenían que ver sobre todo con la elección sexual, principalmente tiene lugar la pregunta por: ¿Quién soy? Desde el punto de vista sexual es mucho más profunda que respecto de qué deseo. Yo puedo saber tranquilamente que soy un hombre que desea a un hombre. Ahora, cuando la pregunta es respecto de lo contrario es complicado. Una posición reaccionaria es muy difícil pero también es complicado una posición excesivamente ideologizada, que, por ejemplo diga: Una niña pequeña que dice que le gustaría ser varón es un deseo típico en la infancia. De ahí a que esa niña vaya a ser un varón, hay una crisis de identidad; la búsqueda es de encontrarse consigo mismo y encontrar una respuesta; no de tratar de precipitar o empujar esa respuesta.
Pablo Messina: ¿Cómo definirías vos hoy por tu experiencia la convivencia de los adolescentes?
Luciano Lutereau: Es muy distinta, es muy diferente. Por ejemplo, la que te tocó vivir a vos o a la que generacionalmente me refiero, o a la que le tocó vivir a tus padres también. Notás que hay un cambio, que hay una diferencia, sobre todo la nueva brecha generacional, que es muy grande, sobre todo porque ciertos valores que caracterizaban el desarrollo adolescente se modificaron. Por ejemplo, yo soy de la última generación que cuando llegaba a los 18 años ya pensaba en qué iba a ser de su vida; adquirir un trabajo, estudiar y trabajar. No quiero decir que había un mediador: el trabajo te hacía ingresar en el mundo adulto. Hoy en día, el trabajo está profundamente en crisis. Quiero decir: desde las apuestas o desde las apuestas online, hasta formas indirectas de conseguir dinero sin trabajar. El ideal actual, el trabajo, está en crisis y también las formas del amor están en crisis. ¿Qué era el primer amor? Para un joven implicaba la revisión de todos sus modos adolescentes, dependencias tempranas y se vivían (en ese primer amor) que finalmente, era por lo general un amor que no prosperaba, un lugar purgativo. Ocurre que cada vez menos los adolescentes se enamoran, cada vez menos, y por eso encontramos que de un tiempo a esta parte se volvió a hablar mucho de la teoría del apego de John Bowlby. Ansioso el apego, evitativo que, en definitiva, eso es lo que quiere decir: que las personas no han vivido un amor adolescente que les permite, por decirlo así, curarse del amor para vivir nuevas formas de amor. Crecen y siguen viviendo de acuerdo con patrones sumamente infantiles. El trabajo como institución de realización personal está profundamente en crisis.
Conductor: Esto ocurre en los jóvenes, por cambios históricos, con una subjetividad distinta, (y lo mismo va a ocurrir con los niños). La verdad que es un placer escucharte y me da muchas ganas de seguir conversando con vos. Te proponemos para algún domingo que tu agenda te lo permita tener una charla un poco más profunda acá en los estudios del Canal.
Muchísimas gracias.
Luciano Lutereau
Es psicoanalista, doctor en Filosofía y doctor en Psicología por la UBA, donde trabaja como docente e investigador. Dirige la revista de psicoanálisis y filosofía Verba Volant e integra el comité de redacción de prestigiosas publicaciones. De 2018 a la fecha ha publicado en el sello Paidós los libros Más crianza, menos terapia, Esos raros adolescentes nuevos, El fin de la masculinidad, Adiós al matrimonio y Amar, temer, partir.
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