Ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio

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Por Mario Mazzitelli para Argentina en Red

De la serie: Es el saqueo, así de sencillo

Blanqueo: ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio

En el Coloquio IDEA (en el Hotel Sheraton de Mar del Plata, el 16/10/24) el ministro de economía descalificó a quienes gobernaron hasta el 10 de diciembre pasado: “Ya todo el mundo sabe que no pueden volver, son una manga de delincuentes y unos burros”. Que Luis “Toto” Caputo, líder del acto de mega-corrupción iniciado el 13/12/23 (este mago del dinero, sin trabajo y sin tierra, les hizo ganar fortunas a sus patrocinadores financistas).  Con la devaluación del dólar del 118%, seguida con la tablita devaluatoria del 2% mensual -seguro de cambio- invitando a que esos dólares caros se pasaran a pesos, se depositaran a altísimas tasas de interés, para comprar dólares baratos ahora; permitió obtener las ganancias parasitarias más grandes del mundo. A costa de los trabajadores, del aumento de pobres e indigentes, el recorte a los jubilados, el desfinanciamiento educativo y de salud, el derrumbe del mercado interno por caída del consumo, etc., nos diga que “los delincuentes” son sólo los otros, no deja de asombrarnos. Insisto. Que el líder de la mega corrupción (conocida como “carry trade” o “bicicleta financiera”) intente darle un tinte de moralidad al manejo de los recursos públicos, resulta en una de las formas de cinismo más destacadas en la historia de la humanidad. Si no fuera por el resultado trágico de tal praxis, nos deberíamos echar a reír. 

Blanqueo a delincuentes para garantizar impunidad

Por eso: “Se libera de cualquier acción civil y por delitos tributarios, cambiarios, aduaneros e infracciones administrativas”. “Se extingue la acción penal, excepto las iniciadas por particulares que hubieran sido perjudicados” y “no se aplican las presunciones del incremento patrimonial no justificado”…etc. Más claro échele agua. Los actos ilícitos, ejecutados por los “héroes” de esta administración nacional, serán recompensados con la absolución preventiva y el pleno goce de los dineros mal habidos.

Recordemos que sólo se blanquea lo que está oscuro, se lava lo que está sucio, se reincorpora al sistema lo que antes se fugó. Dinero en negro, originado en las múltiples formas de corrupción, fugado de los circuitos legales-nacionales, resultan en el “objeto” de los blanqueos.

“Recordemos que sólo se blanquea lo que está oscuro, se lava lo que está sucio, se reincorpora al sistema lo que antes se fugó. Dinero en negro, originado en las múltiples formas de corrupción, fugado de los circuitos legales-nacionales, resultan en el “objeto” de los blanqueos”.

El asunto es que al hacer un “blanqueo de capitales” no sólo se blanquea al “objeto / capital”, sino al “sujeto / fulano de tal”, que cometió el delito (por ej.: tráfico de personas, narcotráfico, comercio de armas; dinero del robo, cohecho, evasión, elusión, contrabando, etc.). Entonces, antes que blanqueo de capitales debería llamarse “blanqueo de delincuentes”. Así el “blanqueo de capitales es impunidad para los delincuentes”. “Objeto” y “sujeto” (sin arrepentimiento y sin justicia) quedan libres de culpa y cargo. «Los inmorales nos han igualao» “… ¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!” 

Del delito individual a la mega corrupción colectiva

¿En qué se diferencia un “blanqueo de capitales” de un acto de corrupción vulgar? 

Partamos de una regla que dice: el “dueño del capital” tiende a defenderlo y acrecentarlo de la manera más segura y eficiente. En general, la seguridad la brinda el Estado a través de la ley y sus organismos destinados al control y cumplimiento de la misma. Pero, cuando la anomia garantiza impunidad, la tentación del “dueño del capital” es ubicarse al margen de la ley para darle mayor velocidad de acrecentamiento. Cuando son muchos los que sienten que el mejor camino es estar al margen de la ley, los daños económicos y sociales son inconmensurables. Así, de lo pequeño, marginal o aleatorio pasamos a lo grande, sistémico y estructural. 

La consolidación de muchos actos ilícitos en un blanqueo genera un acto de mega-corrupción

Entonces, en un blanqueo la diferencia es cuantitativa, por su magnitud. Porque allí se catalizan muchos y diversos actos de corrupción, dando origen a un acto de mega-corrupción. Y cualitativa, por el procedimiento inmoral de los funcionarios públicos. 

La otra cara del asunto es que se ubica en la posición de “estúpido” a todo ciudadano honesto que se esfuerza por cumplir la ley. Se lo desalienta a respetarla (al saber que más tarde habrá un nuevo blanqueo) y se relaja el orden fiscal, tan necesario para el buen funcionamiento de la sociedad. 

Promiscuidad de los poderes

En una República se exige la independencia de los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial). Hasta se llega al absurdo de exigir la independencia del Banco Central (¿Se independizaría de la República Argentina?) Pero se pasa por alto la subordinación,  condicionamiento e interferencia que ejerce el Poder Económico sobre cada uno de los poderes del Estado, incluso la que practica en alianza con los organismos financieros internacionales (FMI, BM, etc.), verdaderos sirvientes y guardaespaldas de los “dueños del capital” a escala global. Van desvirtuando la misión democrática de un Estado que se pretende “independiente”.

Debemos destacar que son los funcionarios (temporalmente a cargo del Estado) los que disponen los blanqueos. Si lo sabrá Luis “Toto” Caputo. La disputa por esos lugares (en el marco del sufragio universal) resulta de interés tanto para quienes han logrado atesorar dinero (en blanco o en negro) como para los candidatos que tienen aspiraciones de ganar. Entonces, un porcentaje del dinero negro es utilizado para financiar campañas electorales con las que construir Poder Político (o, dicho de otro modo, para ocupar los cargos estratégicos en el Estado). Los aportes de campaña, en estos casos, no tienen motivaciones patrióticas, altruistas o filantrópicas. Más bien son una inversión para poder seguir cumpliendo la regla de defender y acrecentar el capital. Así, la simbiosis del Poder Económico y el Poder Político van engendrando una Democracia Plutocrática cada vez más degradada. 

De mal en peor

Cuando en 2016 (más o menos el mismo equipo de gobierno) se planteó el blanqueo de capitales, se buscó un buen motivo: pagar un reajuste parcial a los jubilados. El “Plan de Exteriorización Voluntaria de Capitales” tenía un destino loable: la “reparación histórica de los haberes de los jubilados”. La diferencia no era menor. En 2016 la pregunta que se hacía el conglomerado político-económico a cargo del gobierno era: ¿Cómo hacemos un blanqueo que (apenas tres años atrás planteado por el kirchnerismo) lo definimos como corrupto, etc.? Tenían que encontrar una buena excusa. El fin justificaría los medios, ante la opinión pública. Inmoral, porque el medio debe ser un fin en sí mismo. Pero política y propagandísticamente fue un planteo exitoso, frente a un pueblo de poca conexión con estos asuntos. Dice el especialista  Dionisio Bosch que: “El éxito se fundó en “tres patas”, por un lado, la confianza en la nueva administración, el apoyo de contadores, asesores, bancos e intermediarios financieros que por la estructura del plan hicieron pingües negocios convenciendo a su clientela de “blanquear”, y la puesta en marcha de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) del esquema de intercambios automáticos de información financiera y tributaria, lo que permitió lanzar una “campaña del miedo” y de “desinformación” como nunca antes viéramos (mientras casi al mismo tiempo en Brasil, México, Chile, Perú, Colombia, etc., instrumentaban sus blanqueos).” De aquello a hoy, de mal en peor.

Ocultamiento

Mucho se dijo sobre la sinceridad de un candidato que iba a realizar un recorte monumental del gasto público. Ahora: ¿dijo algo sobre el blanqueo? ¿Estaba esta propuesta en las promesas de campaña? Ni se preocupen en buscarla. Nadie anuncia un acto de mega-corrupción. Lo que empeoró no es eso. Lo peor es que ya ni mienten sobre el objetivo del blanqueo. El escaso resultado fiscal no es para los jubilados, ni para el sistema de salud, ni para la educación, ni para reparar los caminos (que por falta de obra pública se están deteriorando a toda velocidad). A cara de perro: este gobierno pretende ser de los ricos, por los ricos y para los ricos y el blanqueo es para los ricos. Punto. Para la tranquilidad y el enriquecimiento de los ricos (que algún día invertirán y habrá derrame. Zanahoria con la que nos quieren embaucar desde hace décadas sin resultados a la vista). De mal en peor para el pueblo. No para todos. 

Finalmente ¿con este blanqueo superaremos la crisis que nos agobia desde hace 5 décadas?

Este nuevo blanqueo cuya primera etapa finaliza el 31/10/24, ha tenido un aporte de dólares en efectivo importante. Unos 13.000 MD hasta finales de septiembre. Seguramente ese aire caliente genere un veranito financiero. Baja del dólar paralelo, suba de los bonos, baja del riesgo país, etc. Son los efectos de corto plazo de una inyección de fondos al sistema (bancario, bursátil, inmobiliario, etc.) atraídos por la facilidad y la baratura de la oferta que les hizo el gobierno (pero que seguramente ha sido al revés. Ellos se la presentaron al gobierno, conforme sus propias necesidades, y el gobierno las institucionalizó). Pero un stock de dinero no cambia el carácter de capitalismo de saqueo en el que se ha convertido la estructura económica argentina y por tanto lo único atractivo seguirá siendo los pingües negocios de coyuntura… Todo lo demás es descartado, por eso la baja inversión, que no cede ni ante la súplica indecorosa de Caputo en el mismísimo Coloquio de IDEA.

Por otra parte, fundados en la experiencia histórica de moratorias y blanqueos, la respuesta es “no”. No solucionará la crisis perpetua. Muy por el contrario, muchos especialistas tienden a creer que empeorará las cosas hacia el futuro. No les faltan razones. Se basan en estudios serios.  

La evidencia es que en el largo plazo las amnistías fiscales no tienden a generar un crecimiento en la recaudación ni en el número de contribuyentes y cuando lo hacen es apenas de manera marginal, cuando se repiten tienden a generar menos ingresos que sus predecesoras y magnifican la caída de ingresos de largo plazo para el fisco, y tienden a hacer menos eficiente la estructura impositiva y la recolección de impuestos; sin una apropiada reforma fiscal raramente son exitosos”. (Las antedichas son afirmaciones de Dionisio Bosch acerca de cada uno de los estudios que dan razón a estas aseveraciones).

Sin lugar a dudas, el gobierno busca ganar tiempo ante la evidencia de su fracaso económico. Obtener buenos resultados con un diagnóstico equivocado es tan improbable como hacer saltar la banca en el casino con una ficha. Mientras tanto, los que habían delinquido están a resguardo. Saquear y blanquear pasan a ser pasos consecutivos de este régimen. Veremos cuando se acabe. 

Al Capone el héroe del presidente

Cierro estas líneas con este comentario. Uno de los gánsters más famosos de la historia fue Alfonso Gabriel Capone (Al Capone), “un hombre de negocios” diría Marlon Brando en el papel de “El Padrino”. Para el presidente Javier Milei es su “héroe” por excelencia. El hombre cargaba con infinidad de crímenes. Un régimen de muerte y terror con el que disciplinaba el buen andar de su imperio: “Cervecerías, destilerías, bares clandestinos, almacenes, flotas de barcos, camiones, night clubs, casas de juego, hipódromos, canódromos, prostíbulos, sindicatos y asociaciones comerciales e industriales que manejaba desde la más lujosa de las habitaciones de uno de sus hoteles, el Lexington de Chicago”. Hasta sectores de la política, la policía y la justicia le respondían. En la famosa serie “Los Intocables” (por su carácter de incorruptibles) Eliot Ness y sus muchachos nunca pudieron llegar a incriminarlo por sus crímenes más atroces. En cambio, en 1931, fue acusado de evasión fiscal y condenado a 11 años de prisión. Preso por evasión.  Aquí habría podido vivir tranquilamente, con un blanqueo cada tanto y pagando la contribución correspondiente. Como ocurre hoy con otros “capos mafia” que, inadvertidamente, se nos presentan como “hombres de negocios”.

De izq. a derecha: Federico Sturzenegger, Javier gerardo Milei y Luis “Toto” Caputo

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