Anselmo Maciel poeta contemporáneo argentino
Albañil
Pablo Negrura
nunca escribió un verso
ni se conmovió con la luna.
En las noches estrelladas cocinó un par de dudas frescas
y se fue a acostar con su tristeza amarga y tinta.
Pablo Negrura
siempre de escueta palabra de anchas espaldas
explica su mundo en su dialecto de fierro del 8 de cal y cemento de cemento y rabia
amurada la conciencia
el subconsciente bebe demasiado que se le sale a gatas
Antipoesia
de los andamios que no perdonan, de los escombros puntuales y arteros inspiración de bombachita cagada,
expiraciones travestís con anca plástica Antipoesia
de asado en obra
con la carne curtida y huraña.
Pablo Negrura
pura y adulterada poesía
en un trascurrir seco de verborragia
en un ocurrir sumergido en fibrilantes hechos pre siente lo tremendo
la poca paga,
se gasta y desgasta
con la prole siempre arruinada.
Le gusto callar
estar estoico y ausente
hasta que suene el silbato de salida que entre piropo y puteada
va pasando su poesía solo estucada.
Anselmo Maciel nació el 26 de enero de 1980, Patagónico de entrañas. Hijo de Sandra Quilaqueo, cantora popular, guitarrera herida, y de Eduardo Durán, artesano, albañil, dibujante, hombre profundo y silencioso. Se crió en las provincias de Río Negro y Neuquén, la zona del Alto Valle, el de las manzanas, la chacra organizada, los peones rurales, las agrestes bardas, la cadencia del viento, las barriadas entierradas.
Vivió en el barrio de La Boca, que dejó su impronta en su arte y creación literarios, y en el espíritu épico y contra-épico que manifiesta en sus escritos.
Hoy radica en Quilmes, levantando con furor la bandera de la poesía. De la poesía, la mejor.
Anselmo Maciel, para mí el mejor y el último de los picantes, coherente con lo que escribe