por Constanza Lupo para Argentina en Red
“Hoy comienza la reconstrucción de Argentina”
Javier Milei aseguró, en su primer discurso como presidente electo, el 19 de noviembre de este año, que “hoy comienza la reconstrucción de la Argentina.”
En este artículo pondremos de relieve un interesante análisis semiótico al entorno significante del presidente electo que, desde el búnker hasta las simbologías exhibidas, tienden a afirmar una suerte de pretensión supremacista. Llamar a LLA franquicia anglosajona, no estaría errado. Quiero señalar, también, la ostentación de una suerte de explosiones connotativas, de símbolos y representaciones icónicas, reafirmadas, en voz de este candidato como “la superioridad estética y ética” de su círculo chico.
Por qué esa violencia verbal, el destemple, la amenaza y el odio se han constituido en la base de afianzamiento de este movimiento desarticulado y sin arraigo positivo en la(s) sociedad(es) de la Argentina, erigiéndose más bien como producto de la disfuncionalidad en su expresión política en Democracia. ¿Qué encontramos en este ser religioso, más proclive al grito y el insulto, a la violencia en toda extensión, y quien “se asume” un elegido de Dios? ¡Eureka! una especie de amalgamamiento sincrético, entre el desconocimiento, la desorientación y la certidumbre de que ha venido a someter, subyugar, oprimir y destruir. La gente lo sabe; y eso votó.
Pero, en principio, miremos la primera imagen de este artículo: Atrás de Milei, una copia reasignada, mimética, de los íconos de la tradición política norteamericana.
Ese escenario circular tras de él, cuyas palabras remiten “Presidente Electo”, figuran dos puntos rojos a sus extremos, dibujando un centro explícito, pero imaginario, que se completa con el redondel desde abajo hacia los costados de manera ascendente, (tendiente a unir el mismo círculo), y entonces aparece el texto: “República Argentina”. Es el legado que comienza a “generar angustia” para muchos: ¿Qué será de nuestro país?
Javier Milei siempre sostuvo su intención de desguace de nuestro país, en cada entrevista y en cada lugar en donde le prestaron cámara.
Seguimos: En la imagen dos observamos, sin ningún tipo de relieve, atrás, prolija, y en dos dimensiones, similitudes (en sus rasgos o trazos) entre la imagen de la Casa Blanca y la Casa Rosada. En su amague de fusionar conceptualmente sus pretensiones, la necesidad de la sumisión espiritual, material y vital de nuestros habitantes (en la República Argentina), querrá ejercer sus designios, mientras su praxis política beneficiará a ricos, millonarios, y los poderosos del mundo. No sin antes utilizar el “poder de policía” para “domesticar a las fieras”. En cuanto a la bandera que tímidamente está estaqueada, no flamea, sí, es la bandera argentina, y esta es la única diferencia entre lo sugerido icónicamente entre la representación de la aludida Casa Rosada y la Casa Blanca.
Volvemos: Fíjense que también se solapan dos imágenes más: en “blanco” sobre negro, la de nuestra Casa Rosada, junto con la del Congreso Nacional, fundiéndose y confundiéndose. Y mirando hacia abajo, la tercera línea de “puertitas”, que connota, también, al Cabildo de la Nación Argentina. Es decir, en una sola imagen, a través de las superposiciones señaladas, la propaganda de Milei concentra los íconos histórico- y políticos del poder en la Argentina de la democracia.
Protocolo itinerante de la Bandera Nacional Argentina
Volvemos a la 2da foto: Con un centro, icónicamente muy similar al de la Casa Blanca (EE.UU.), las dos banderas argentinas aparecen apostadas lejos del disertante, estableciendo una representatividad parca. No tienen el más mínimo movimiento. Nos queda claro que la Franquicia La Libertad Avanza, operará de forma tal que, la representatividad de Javier Milei, será la de un ejecutor que cumplirá de manera (des)leal, despótica, y tiránica, su rol como primer representante de nuestro país.
Sin capacidad de pensar en la grandeza de la Patria, será como ese tirano aludido en las profecías bíblicas. Ahora paso a explicar el porqué de esta alusión. Escribo solamente dos versos, para contextualizar la in-tensión mileiana.
De acuerdo con el 2º libro de Crónicas, capítulo 28 versículos 1 y 2:
Acaz tenía 20 años cuando se convirtió en rey, y reinó 16 años en Jerusalén. No hizo lo que estaba bien a los ojos de Jehová, como sí lo había hecho su antepasado David. 2 En vez de eso, siguió los pasos de los reyes de Israel, y hasta hizo estatuas metálicas* de los Baales.
Los Baales eran estatuas, a veces de piedra, a veces metálicas, que en la antigüedad fechada anterior a la E.C., eran causa de perdición del pueblo judío, pueblo elegido por Dios hasta la llegada de Jesucristo, quien abrió la preferencia de la adoración a Jehová a todos los pueblos gentiles.
Decía: El peligro de creer que una condición de origen asegura “hacer lo que está bien a los ojos de Jehová”. Cuidado.
Cierro este capítulo con la siguiente advertencia: LLA es un dispositivo de radicación y entrega de la Soberanía Argentina al poder real. No es amable, viene a destruir. Y viene a destruir porque el presidente electo así lo dijo, sin sonrojarse y sin ninguna clase de pudor. Milei, el representante de intereses anti-argentinos, entrega. Entrega todo. La Patria, sus recursos, los bienes comunes, el agua, la esperanza, la buenaventura, nuestro territorio. La caída será aplastante.
Para finalizar, dejo al avezado lector de estas líneas una info muy creativa que poca gente comentó antes de las votaciones que dieron el triunfo a la dupla Milei- Villarroel.
Iconografía
El libertarismo es, a diferencia de los anárquicos de los siglos XIX y XX, la debacle ética y estética contundente. Su simbología es nacida de los sucedáneos holocaustos y guerras de exterminio étnica, racial, religiosas y por razones económicas. Sí. Un neonazismo no nacionalista y sí autoritario y de dudoso respeto por el marco democrático y del respeto por nuestra Constitución Nacional.
Ni disimulan ni lo harán. A eso vinieron. La libertad avanza, claramente…. hacia el abismo.